Mitos del yogurt griego.
El yogurt griego es un alimento cada vez más popular y apreciado tanto por valor nutrimental como por su delicioso sabor. Sin embargo, existen varios mitos en torno al yogurt griego que es importante contrastar con sus beneficios reales para aclararlos.
Mito 1: es malo para intolerantes a la lactosa
Uno de los mitos más extendidos es que el yogurt griego es perjudicial para las personas con intolerancia a la lactosa cuando, en realidad, puede contener menos lactosa que la leche, e incluso ser deslactosados; por lo que muchos de ellos pueden disfrutar del yogurt griego sin experimentar problemas. Además, este alimento se puede combinar con nueces, frutas o cereales para facilitar su digestión.
Mito 2: todo yogurt se elabora de la misma forma
Otro mito muy común es que todo el yogurt se elabora de la misma manera; sin embargo, el yoghurt griego se diferencia por su proceso de colado más riguroso, que le confiere una consistencia más cremosa y una mayor cantidad de proteína en comparación con otras versiones.
Mito 3: el yogurt griego causa problemas intestinales
Contrario a la creencia popular, el yoghurt griego puede contribuir a beneficiar la salud intestinal.
A continuación, destacaremos algunos de los beneficios que ofrece el yoghurt griego:
Aporte de proteína
El yogurt griego es una excelente fuente de proteína, por ello, este alimento es un complemento ideal para aquellos que desean aumentar su ingesta proteica, especialmente después de un entrenamiento con pesas, para que la proteína ayude a la recuperación muscular.
Opción como fuente de calcio
El calcio es esencial para ayudar a mantener huesos y dientes sanos, así como para el óptimo funcionamiento del sistema nervioso.
Mayor saciedad y cremosidad
Debido a su mayor contenido de proteína y grasas, el yogurt griego ayuda a mantener la saciedad durante más tiempo que el regular. Además es más cremoso que el regular gracias al filtrado adicional, por lo que es ideal para recetas que requieren una textura más espesa.
El yoghurt griego es un alimento delicioso y nutritivo que ofrece numerosos nutrientes que complementan la alimentación. Aunque existen mitos en torno a él, como su impacto en las personas intolerantes a la lactosa o los supuestos problemas intestinales que causa, la evidencia demuestra que, en realidad, es apto para algunas personas con mala digestión de la lactosa y ayuda a una dieta saludable. Además, su aporte de proteína y de calcio lo convierten en una opción excelente para una alimentación balanceada. Disfrutar del yoghurt griego es una elección acertada para aprovechar sus beneficios nutricionales.